1. De David. Hazme justicia, Yahveh, pues yo camino en mi entereza, me apoyo en Yahveh y no vacilo.

2. Escrútame, Yahveh, ponme a prueba, pasa al crisol mi conciencia y mi corazón;

3. está tu amor delante de mis ojos, y en tu verdad camino.

4. No voy a sentarme con los falsos, no ando con hipócritas;

5. odio la asamblea de malhechores, y al lado de los impíos no me siento.

6. Mis manos lavo en la inocencia y ando en torno a tu altar, Yahveh,

7. haciendo resonar la acción de gracias, todas tus maravillas pregonando;

8. amo, Yahveh, la belleza de tu Casa, el lugar de asiento de tu gloria.

9. No juntes mi alma con los pecadores, ni mi vida con los hombres sanguinarios,

10. que tienen en sus manos la infamia, y su diestra repleta de soborno.

11. Yo, en cambio, camino en mi entereza; rescátame, ten piedad de mí;

12. mi pie está firme en suelo llano; a ti, Yahveh, bendeciré en las asambleas.





“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina