Gefunden 127 Ergebnisse für: samuel

  • Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: "¡Samuel, Samuel!". Él respondió: "Habla, porque tu servidor escucha". (I Samuel 3, 10)

  • El Señor dijo a Samuel: "Mira, voy a hacer una cosa en Israel, que a todo el que la oiga le zumbarán los oídos. (I Samuel 3, 11)

  • Samuel se quedó acostado hasta la mañana. Después abrió las puertas de la Casa del Señor, pero no se atrevía a contar la visión a Elí. (I Samuel 3, 15)

  • Entonces Elí lo llamó y le dijo: "Samuel, hijo mío". "Aquí estoy", respondió él. (I Samuel 3, 16)

  • Samuel le contó todo, sin ocultarle nada. Elí exclamó: "Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca". (I Samuel 3, 18)

  • Samuel creció; el Señor estaba con él, y no dejó que cayera por tierra ninguna de sus palabras. (I Samuel 3, 19)

  • Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel estaba acreditado como profeta del Señor. (I Samuel 3, 20)

  • El Señor continuó apareciéndose en Silo, porque era allí donde él se revelaba a Samuel. (I Samuel 3, 21)

  • Y la palabra de Samuel llegó a todo Israel. En aquellos días, los filisteos se reunieron para combatir contra Israel. Israel les salió al encuentro para el combate, y acamparon en Eben Ezer, mientras los filisteos acampaban en Afec. (I Samuel 4, 1)

  • Samuel dijo entonces a toda la casa de Israel: "Si ustedes se vuelven al Señor de todo corazón, dejen de lado a los dioses extraños y a las Astartés que hay en medio de ustedes; dirijan sus corazones hacia el Señor y sírvanlo sólo a él. Así el Señor los librará del poder de los filisteos". (I Samuel 7, 3)

  • Luego dijo Samuel: "Reúnan a todo Israel en Mispá, y yo rogaré al Señor por ustedes". (I Samuel 7, 5)

  • Ellos se reunieron en Mispá, sacaron agua y la derramaron delante del Señor; allí ayunaron aquel día, y dijeron: "¡Hemos pecado contra el Señor!". Y Samuel juzgó a los israelitas en Mispá. (I Samuel 7, 6)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina