Gefunden 172 Ergebnisse für: casco de la salvación

  • ¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación? (Hebreos 1, 14)

  • ¿cómo saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan gran salvación? La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron, (Hebreos 2, 3)

  • Convenía, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación. (Hebreos 2, 10)

  • y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, (Hebreos 5, 9)

  • Pero de vosotros, queridos, aunque hablemos así, esperamos cosas mejores y conducentes a la salvación. (Hebreos 6, 9)

  • así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado a los que le esperan para su salvación. (Hebreos 9, 28)

  • Pero nosotros no somos cobardes para perdición, sino creyentes para salvación del alma. (Hebreos 10, 39)

  • a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento. (I Pedro 1, 5)

  • y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas. (I Pedro 1, 9)

  • Sobre esta salvación investigaron e indagaron los profetas, que profetizaron sobre la gracia destinada a vosotros, (I Pedro 1, 10)

  • Como niños recién nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella, crezcáis para la salvación, (I Pedro 2, 2)

  • La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. (II Pedro 3, 15)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina