Gefunden 28 Ergebnisse für: cisterna

  • Benayas, hijo de Yehoyadá, hombre valiente y rico en hazañas, de Cabseel, fue el que mató a los dos héroes de Moab; fue también el que bajó a la cisterna y mató en ella a un león un día de nieve. (II Samuel 23, 20)

  • Entonces él ordenó: "Prendedlos vivos". Los prendieron vivos y los degollaron en la cisterna de Bet Equed. Eran cuarenta y dos hombres, y no quedó de ellos ni uno solo. (II Reyes 10, 14)

  • No escuchéis a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: Haced la paz conmigo y entregaos a mí, y así podrá comer cada uno los frutos de su viña y de su higuera y beber el agua de su cisterna (II Reyes 18, 31)

  • Benayas, hijo de Yehoyadá, hombre valiente, rico en hazañas, de Cabseel, mató a los dos héroes de Moab; y él fue también quien, un día de nieve, bajó a una cisterna y mató a un león. (I Crónicas 11, 22)

  • Jonatán, su hermano Simón y los que lo acompañaban se enteraron, huyeron al desierto de Técoa y acamparon junto a la cisterna de Asfar. (I Macabeos 9, 33)

  • Mataron a Timoteo, que se había escondido en una cisterna; a Quereas, su hermano, y a Apolófanes. (II Macabeos 10, 37)

  • Bebe el agua de tu propia cisterna, los raudales que brotan de tu pozo. (Proverbios 5, 15)

  • y se hace pedazos como un jarro de alfarero estrellado sin piedad: entre sus trozos no se encuentra ni un cascote para coger fuego del fogón o sacar agua de la cisterna. (Isaías 30, 14)

  • Entonces ellos agarraron a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna del príncipe Malquías, situada en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en él. (Jeremías 38, 6)

  • Ebedmélec, eunuco etíope del palacio real, oyó decir que habían echado a Jeremías en la cisterna. Y en una ocasión en que el rey se encontraba en la puerta de Benjamín, (Jeremías 38, 7)

  • "Oh rey, mi señor, mal han procedido todos esos hombres en todo lo que han hecho al profeta Jeremías. Lo han echado en la cisterna, donde va a morir de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad". (Jeremías 38, 9)

  • Entonces el rey dio a Ebedmélec, el etíope, esta orden: "Toma de aquí contigo tres hombres y saca a Jeremías de la cisterna antes de que muera". (Jeremías 38, 10)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina