Gefunden 717 Ergebnisse für: corazón sincero

  • Reconócelo y medítalo en tu corazón: el Señor es Dios allá arriba en los cielos y aquí abajo en la tierra; es él, y no hay otro. (Deuteronomio 4, 39)

  • ¡Oh, si tuvieran siempre ese mismo corazón, siempre me temerían, guardarían mis mandamientos y serían felices ellos y sus hijos! (Deuteronomio 5, 29)

  • Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6, 5)

  • Graba sobre tu corazón las palabras que yo te dicto hoy. (Deuteronomio 6, 6)

  • Acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos. (Deuteronomio 8, 2)

  • Reconoce en tu corazón que el Señor, tu Dios, te corrige como un padre lo hace con su hijo. (Deuteronomio 8, 5)

  • no te ensoberbezcas en tu corazón ni te olvides del Señor, tu Dios, que te ha sacado de Egipto, de la casa de la esclavitud; (Deuteronomio 8, 14)

  • Guárdate de decir en tu corazón: Mi fuerza y el poder de mis manos han hecho todo esto. (Deuteronomio 8, 17)

  • Cuando el Señor, tu Dios, los haya echado lejos de ti, no digas en tu corazón: Por mi justicia me ha dado el Señor la posesión de esta tierra, siendo así que es por su injusticia por lo que el Señor echa a esas naciones lejos de ti. (Deuteronomio 9, 4)

  • No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón vas a entrar en posesión de la tierra, sino por la injusticia de esas naciones las echa el Señor lejos de ti; y también para cumplir el juramento hecho a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob. (Deuteronomio 9, 5)

  • Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide el Señor, tu Dios? Que respetes al Señor, tu Dios; que sigas sus caminos, que le sirvas y que le ames con todo tu corazón y con toda tu alma; (Deuteronomio 10, 12)

  • Circuncidad vuestro corazón y no sigáis más con vuestra cabeza dura, (Deuteronomio 10, 16)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina