Gefunden 116 Ergebnisse für: trabajo en equipo

  • Después, dedicándose a un trabajo reprobable, del mismo barro modela un dios falso él, que hace bien poco nació de la tierra y volverá bien pronto a ella, de donde fue sacado, cuando le pidan que restituya su vida prestada. (Sabiduría 15, 8)

  • A tu pueblo, en cambio, le diste alimento de ángeles, le procuraste desde el cielo un pan preparado sin trabajo por su parte, capaz de dar todo placer y acomodado al gusto de cada uno. (Sabiduría 16, 20)

  • No aborrezcas la labor por fatigosa, ni el trabajo del campo por el altísimo instituido. (Eclesiástico 7, 15)

  • No maltrates al siervo fiel en el trabajo, ni al jornalero que se sacrifica. (Eclesiástico 7, 20)

  • No te la des de sabio en tu trabajo, y no te gloríes en tiempo de necesidad. (Eclesiástico 10, 26)

  • Cumple con tu trabajo, conságrate a él y hazte viejo en su desempeño. (Eclesiástico 11, 20)

  • Al asno, forraje, palo y carga; al siervo, pan, corrección y trabajo. (Eclesiástico 33, 25)

  • Ponle al trabajo; que no esté ocioso, porque la ociosidad enseña muchas maldades. (Eclesiástico 33, 28)

  • Ponle en el trabajo que le convenga; y si no obedece, mételo en el cepo. (Eclesiástico 33, 29)

  • Con mujer no trates de su rival, ni con un cobarde de la guerra, ni con negociante sobre el cambio, ni con comprador acerca de la venta, ni con envidioso de gratitud, ni con egoísta de generosidad, ni con perezoso de trabajo alguno, ni con el obrero eventual acerca del fin de su trabajo, ni con el criado perezoso acerca de una gran tarea: en todos estos no te apoyes para buscar consejo. (Eclesiástico 37, 11)

  • No manifiestan cultura ni sabiduría, ni entienden de proverbios. Pero ellos aseguran el funcionamiento del mundo ocupados en el trabajo de su oficio. (Eclesiástico 38, 34)

  • Pues yo he creado al herrero, que sopla el fuego de las brasas, y con su trabajo las armas produce; mas también al destructor para aniquilarlas. (Isaías 54, 16)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina