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Porque yo, el Señor, amo el derecho y odio lo que se arrebata injustamente; les retribuiré con fidelidad y estableceré en favor de ellos una alianza eterna. (Isaías 61, 8)
Ve a gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor: Recuerdo muy bien la fidelidad de tu juventud, el amor de tus desposorios, cuando me seguías por el desierto, por una tierra sin cultivar. (Jeremías 2, 2)
El que se gloría, que se gloríe de esto: de tener inteligencia y conocerme. Porque yo soy el Señor, el que practica la fidelidad, el derecho y la justicia sobre la tierra. Sí, es eso lo que me agrada, -oráculo del Señor-. (Jeremías 9, 23)
Más aún, así habla el Señor: No entres en una casa donde hay un banquete fúnebre; no vayas a lamentarte ni te conduelas con ellos. Porque yo he retirado de este pueblo mi paz, la fidelidad y la compasión -oráculo del Señor-. (Jeremías 16, 5)
De lejos se le apareció el Señor: Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad. (Jeremías 31, 3)
Tú das prueba de fidelidad a millares, y retribuyes la iniquidad de los padres en el pecho de sus hijos después de ellos. ¡Dios grande y fuerte, cuyo nombre es Señor de los ejércitos, (Jeremías 32, 18)
ellas se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad! (Lamentaciones 3, 23)
si camina según mis preceptos y observa mis leyes, obrando con fidelidad, ese hombre es justo y seguramente vivirá -oráculo del Señor-. (Ezequiel 18, 9)
Oré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "¡Ah, Señor, Dios, el Grande, el Temible, el que mantiene la alianza y la fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos! (Daniel 9, 4)
Toda esa desgracia nos sobrevino según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Pero nosotros no hemos aplacado la ira del Señor, nuestro Dios, convirtiéndonos de nuestra iniquidad y reconociendo tu fidelidad. (Daniel 9, 13)
te desposaré en la fidelidad, y tú conocerás al Señor. (Oseas 2, 22)
Escuchen la palabra del Señor, israelitas, porque el Señor tiene un pleito con los habitantes del país: ya no hay fidelidad, ni amor, ni conocimiento de Dios en el país. (Oseas 4, 1)