Fundar 200 Resultados para: Monte de los Olivos

  • Harás el altar con paneles huecos de madera como te lo he mostrado en el monte. (Exodo 27, 8)

  • Cuando Dios terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del Testimonio, escritas por el dedo de Dios. (Exodo 31, 18)

  • Y los hijos de Israel se quitaron sus trajes de fiesta al pie del monte Horeb. (Exodo 33, 6)

  • Prepárate para subir mañana temprano al monte Sinaí, ahí esperarás en la cumbre. (Exodo 34, 2)

  • Pero que ninguno suba contigo, ni aparezca nadie en todo el monte: ni siquiera oveja ni buey paste en los alrededores.» (Exodo 34, 3)

  • Moisés labró dos tablas de piedra semejantes a las anteriores, como lo había ordenado Yavé, y de madrugada subió al monte Sinaí llevando en sus manos las dos tablas de piedra. (Exodo 34, 4)

  • Cuando Moisés bajó del monte Sinaí, tenía en las manos las dos tablas de las Declaraciones divinas donde estaban escritas las leyes de la Alianza, y no sabía que la piel de su cara se había vuelto radiante, por haber hablado con Yavé. (Exodo 34, 29)

  • El pueblo a su vez se acercó, y Moisés les comunicó todo lo que Yavé le había mandado en el monte Sinaí. (Exodo 34, 32)

  • Esto es lo que Yavé ordenó a Moisés en el monte, el día en que mandó a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas a Yavé en el desierto de Sinaí.» (Levítico 7, 38)

  • Yavé dijo a Moisés en el monte Sinaí: (Levítico 25, 1)

  • Estas son las normas, leyes e instrucciones que Yavé estableció entre El y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio de Moisés. (Levítico 26, 46)

  • Estos son los mandatos que Yavé dio a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí. (Levítico 27, 34)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina