Fundar 29 Resultados para: ídolo/page/1/page/3
Tengan cuidado, entonces, de no olvidar la alianza que el Señor, su Dios, ha establecido con ustedes, y no se fabriquen ningún ídolo que tenga la figura de todo aquello que el Señor les prohibe. (Deuteronomio 4, 23)
Maldito sea el hombre que hace un ídolo tallado o de metal fundido -abominación para el Señor, obra de un artesano- y lo guarda en un lugar oculto. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 15)
Luego, Mical tomó el ídolo familiar y lo colocó sobre la cama; puso en la cabecera un cuero de cabra y lo cubrió con una manta. (I Samuel 19, 13)
Pero cuando los emisarios entraron, no encontraron en la cama más que el ídolo, con el cuero de cabra en la cabecera. (I Samuel 19, 16)
Salomón fue detrás de Astarté, la diosa de los sidonios, y detrás de Milcóm, el abominable ídolo de los amonitas. (I Reyes 11, 5)
Fue entonces cuando Salomón erigió, sobre la montaña que está al este de Jerusalén, un lugar alto dedicado a Quemós, el abominable ídolo de Moab, y a Milcóm, el ídolo de los amonitas. (I Reyes 11, 7)
El rey profanó los lugares altos que estaban frente a Jerusalén, al sur del monte de la Destrucción, y que Salomón, rey de Israel, había construido en honor de Astarté, el despreciable ídolo de los sidonios, en honor de Quemós, el despreciable ídolo de Moab, y en honor de Milcóm, el abominable ídolo de los amonitas. (II Reyes 23, 13)
La estatua del Ídolo que había hecho, la instaló en la Casa de Dios, de la que el mismo Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: "En esta Casa y en Jerusalén, que yo elegí entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre. (II Crónicas 33, 7)
Luego retiró de la Casa del Señor los dioses extranjeros y el Ídolo. Hizo lo mismo con todos los altares que él mismo había erigido en la montaña de la Casa del Señor y en Jerusalén, arrojándolos fuera de la ciudad. (II Crónicas 33, 15)
La caballería se desbandó por la llanura, y los fugitivos huyeron a Azoto y entraron en la Casa de Dagón, el templo de su ídolo, para ponerse a salvo. (I Macabeos 10, 83)
pero maldito el ídolo hecho por manos humanas, tanto él como su autor: éste por haberlo fabricado y aquel porque, siendo corruptible, fue llamado dios. (Sabiduría 14, 8)
¿de qué le sirve al ídolo la ofrenda si no puede comer ni gustar? Así pasa con el hombre perseguido por el Señor: (Eclesiástico 30, 19)