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  • y Jacob partió para Sukkot donde edificó para sí una casa y para su ganado hizo cabañas. Por donde se llamó aquel lugar Sukkot. (Génesis 33, 17)

  • y el muchacho no tardó en ponerlo en práctica, porque quería a la hija de Jacob. El mismo era el más honorable de toda la casa de su padre. (Génesis 34, 19)

  • También mataron a Jamor y a Siquem a filo de espada, y tomando a Dina de la casa de Siquem, salieron. (Génesis 34, 26)

  • Los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos, pillaron la ciudad que había violado a su hermana, (Génesis 34, 27)

  • Jacob dijo a Simeón y a Leví: «Me habéis puesto a malas haciéndome odioso entre los habitantes de este país, los cananeos y los perizitas, pues yo dispongo de unos pocos hombres, y ellos van a juntarse contra mí, me atacarán y seré aniquilado yo y mi casa.» (Génesis 34, 30)

  • Jacob dijo a su casa y a todos los que le acompañaban: «Retirad los dioses extraños que hay entre vosotros. Purificaos, y mudaos de vestido. (Génesis 35, 2)

  • Díjole Dios: «Yo soy El Sadday. Sé fecundo y multiplícate. Un pueblo, una asamblea de pueblos tomará origen de ti y saldrán reyes de tus entrañas. (Génesis 35, 11)

  • Esaú tomó a sus mujeres, hijos e hijas y a todas la personas de su casa, su ganado, todas sus bestias y toda la hacienda que había logrado en territorio cananeo, y se fue al país de Seír, enfrente de su hermano Jacob, (Génesis 36, 6)

  • Pasaron unos madianitas mercaderes, y descubriéndole subieron a José del pozo. Vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata, y éstos se llevaron a José a Egipto. (Génesis 37, 28)

  • Entonces Judá dijo a Onán: «Cásate con la mujer de tu hermano y cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a tu hermano.» (Génesis 38, 8)

  • Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: «Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá.» Pues se decía: «Por si acaso muere también él, lo mismo que sus hermanos.» Tamar se fue y quedó en casa de su padre. (Génesis 38, 11)

  • Pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se hubo consolado, subió a Timná para el trasquileo de su rebaño, junto con Jirá su compañero adulamita. (Génesis 38, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina