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No os hagáis ídolos, ni pongáis imágenes o estelas, ni coloquéis en vuestra tierra piedras grabadas para postraros ante ellas, porque yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 26, 1)
arrojaréis delante de vosotros a todos los habitantes del país. Destruiréis todas sus imágenes pintadas, destruiréis sus estatuas de fundición, saquearéis todos sus altos. (Números 33, 52)
Haced imágenes de vuestros tumores y de vuestras ratas que devastan el país y dad gloria al Dios de Israel. Acaso aligere su mano de sobre vosotros, vuestros dioses y vuestra tierra. (I Samuel 6, 5)
Colocaron sobre la carreta el arca de Yahveh y el cofre con las ratas de oro y las imágenes de sus tumores. (I Samuel 6, 11)
mientras que tú has hecho más mal que todos los que fueron antes que tú, y has ido a hacerte otros dioses, imágenes fundidas, para irritarme, y me has arrojado detrás de tus espaldas, (I Reyes 14, 9)
Fue todo el pueblo de la tierra al templo de Baal y lo derribó. Destrozaron sus altares y sus imágenes, y mataron ante los altares a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote puso centinelas en la Casa de Yahveh, (II Reyes 11, 18)
Fue después todo el pueblo a la casa de Baal y la derribaron; rompieron sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, ante los altares. (II Crónicas 23, 17)
Derribaron en su presencia los altares de los Baales, hizo arrancar los altares de aromas que había sobre ellos, y rompió los cipos, las imágenes y los ídolos fundidos reduciéndolos a polvo, que esparció sobre las sepulturas de los que les habían ofrecido sacrificios. (II Crónicas 34, 4)
Desenrollaron el libro de la Ley para buscar en él lo que los gentiles consultan a las imágenes de sus ídolos. (I Macabeos 3, 48)
Dobló luego Judas sobre Azoto, territorio de los filisteos, y destruyó sus altares, dio fuego a las imágenes de sus dioses y saqueó sus ciudades. Después, regresó al país de Judá. (I Macabeos 5, 68)
Declararás impuro el revestimiento de tus ídolos de plata y el ornato de tus imágenes fundidas en oro. Los rechazarás como paño inmundo: «¡Fuera de aquí!», les dirás. (Isaías 30, 22)
De la hermosura de sus joyas hicieron el objeto de su orgullo: con ellas fabricaron las imágenes de sus monstruos abominables; por eso yo se lo convertiré en inmundicia. (Ezequiel 7, 20)