Fundar 983 Resultados para: Moisés y faraón

  • En el canastillo de encima había de todo lo que come el Faraón en cosa de repostería, pero los pájaros se lo comían". (Génesis 40, 17)

  • dentro de tres días el Faraón te cortará la cabeza, te colgará de una horca y los pájaros comerán tu carne". (Génesis 40, 19)

  • En efecto, al tercer día, que era su cumpleaños, el Faraón dio un banquete a todos sus servidores, y entre todos se acordó del primer copero y del primer panadero. (Génesis 40, 20)

  • Repuso al primer copero en su cargo de presentar la copa al Faraón, (Génesis 40, 21)

  • Dos años después, el Faraón tuvo este sueño: Estaba junto al Nilo, (Génesis 41, 1)

  • Las siete vacas escuálidas y flacas devoraron a las siete hermosas y gordas. Entonces el Faraón se despertó. (Génesis 41, 4)

  • Y las siete espigas raquíticas devoraron a las siete espigas granadas y lozanas. El Faraón despertó y se dio cuenta de que era un sueño. (Génesis 41, 7)

  • A la mañana siguiente el Faraón, muy turbado, mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto y les contó su sueño, pero nadie pudo explicárselo. (Génesis 41, 8)

  • Entonces el primer copero se dirigió al Faraón y le dijo: "Ahora me acuerdo de mi falta. (Génesis 41, 9)

  • Irritado el Faraón contra sus servidores, nos había metido en la cárcel, en casa del capitán de la guardia, a mí y al primer panadero. (Génesis 41, 10)

  • El Faraón mandó llamar a José. Lo sacaron a toda prisa de la cárcel, lo afeitaron, le cambiaron de vestidos y lo presentaron al Faraón. (Génesis 41, 14)

  • El Faraón dijo a José: "He tenido un sueño y nadie ha podido interpretarlo. Pero he oído decir de ti que te basta oír un sueño para interpretarlo". (Génesis 41, 15)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina