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  • Así también la esposa que abandonó a su marido y tuvo un hijo con otro. (Eclesiástico 23, 22)

  • Sí, como a una mujer abandonada y desolada te ha requerido el Señor. A la esposa tomada en la juventud, ¿se la puede rechazar? -dice tu Dios-. (Isaías 54, 6)

  • Como un joven se casa con su novia, así tu constructor se casará contigo; y como el esposo se recrea en la esposa, así tu Dios se recreará en ti. (Isaías 62, 5)

  • Y yo haré cesar en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén los gritos de júbilo y algazara, los cantos del esposo y de la esposa, porque el país se convertirá en una desolación. (Jeremías 7, 34)

  • porque esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Voy a suprimir de este lugar, a vuestros ojos y en vuestros días, los gritos de gozo y algazara, los cantos del esposo y de la esposa. (Jeremías 16, 9)

  • Haré desaparecer de entre ellos los gritos de alegría y algazara, el canto del esposo y de la esposa, el ruido del molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)

  • el grito de alegría y alborozo, el canto del esposo y de la esposa, la voz de aquellos que, al llevar al templo del Señor los sacrificios de acción de gracias, cantarán: "Dad gracias al Señor omnipotente, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor". Pues yo voy a cambiar la suerte de este país a su condición primera, dice el Señor. (Jeremías 33, 11)

  • haré desaparecer de las ciudades de Judá y de Jerusalén el canto de alegría y de alborozo, el canto del esposo y de la esposa, y todo el país quedará hecho un desierto, sin habitantes". (Baruc 2, 23)

  • Había hablado yo por la mañana al pueblo, y por la tarde murió mi esposa. Al día siguiente hice como se me había ordenado. (Ezequiel 24, 18)

  • No tomarán por esposa ni una viuda ni una mujer divorciada, sino una virgen de la casa de Israel; podrán, no obstante, casarse con una viuda de un sacerdote. (Ezequiel 44, 22)

  • Concebirá el proyecto de apoderarse de todo el reino del sur; a tal fin, hará un pacto con él y le dará su propia hija como esposa para preparar su propia ruina; pero el proyecto no se logrará y no le saldrá bien. (Daniel 11, 17)

  • ¡Acusad a vuestra madre, acusadla! Porque ella no es mi esposa, ni yo soy su marido. Que aleje de su rostro sus prostituciones y sus fornicaciones de su seno. (Oseas 2, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina