Löydetty 118 Tulokset: escritura en la pared
Las piezas laterales estaban dispuestas en tres pisos, treinta por cada uno. Había salientes en la pared de la Casa por los lados, alrededor, a fin de que las sostuvieran, sin que sus vigas penetraran en la pared interior de la Casa. (Ezequiel 41, 6)
Estos debían ser sin ningún defecto; debían tener buena presencia y ser de buen juicio, bien instruidos y bien educados. Permanecerían en el palacio del rey, donde se les enseñaría la lengua y la escritura de los caldeos. (Daniel 1, 4)
De repente aparecieron dedos de una mano que escribía en el estuco de la pared del palacio, detrás del candelabro. El rey al verla se turbó. (Daniel 5, 5)
Todos los sabios del rey se acercaron, pero no pudieron leer esta escritura ni darle interpretación. (Daniel 5, 8)
Será como un hombre que huye del león y se topa con un oso, o como el que al entrar en casa apoya su mano en la pared y lo muerde una culebra. (Amós 5, 19)
Se les oponen los más valientes, pero en vano. Corren hacia la muralla y se coloca la pared de defensa. (Nahún 2, 6)
Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» (Evangelio según San Mateo 4, 4)
Y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios dará ordenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus pies no tropiecen en piedra alguna.» (Evangelio según San Mateo 4, 6)
Jesús replicó: «Dice también la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.» (Evangelio según San Mateo 4, 7)
Jesús le dijo: «Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás.» (Evangelio según San Mateo 4, 10)
Este es el hombre de quien la escritura dice: Yo voy a enviar mi mensajero delante de ti, para que te preceda abriéndote el camino. (Evangelio según San Mateo 11, 10)
y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen ésos?» Les respondió Jesús: «Por supuesto. ¿No han leído, por casualidad, esa Escritura que dice: Tú mismo has puesto tus alabanzas en la boca de los niños y de los que aún maman?» (Evangelio según San Mateo 21, 16)