Löydetty 317 Tulokset: habitantes
y tomaremos de todas las tribus de Israel diez hombres por cada cien, cien por cada mil y mil por cada diez mil; ellos recogerán víveres para la tropa, para los que irán a castigar a Guibea de Benjamín por la infamia que sus habitantes han cometido en Israel.» (Jueces 20, 10)
Aquel día los benjaminitas llegados de diversas ciudades hicieron el censo, que dio en total veintiséis mil hombres armados de espada, sin contar los habitantes de Guibea. (Jueces 20, 15)
Entonces la comunidad mandó allá doce mil hombres de los valientes con esta orden: «Vayan y pasen a cuchillo a los habitantes de Jabés de Galaad, incluidos las mujeres y niños. (Jueces 21, 10)
Entre los habitantes de Jabés de Galaad encontraron cuatrocientas muchachas vírgenes que no habían tenido relaciones y las llevaron al campamento a Silo, que está en el país de Canaán. (Jueces 21, 12)
Dijeron entonces los habitantes de Bet-Semes: «¿Quién podrá quedarse en presencia de Yavé, el Dios Santo?» «¿A dónde podríamos enviar el Arca?» (1 Samuel 6, 20)
Mandaron decir a los habitantes de Cariatiarim: «Los filisteos devolvieron el Arca de Yavé. Bajen aquí y llévensela.» (1 Samuel 6, 21)
Vinieron los habitantes de Cariatiarim por el Arca de Yavé y la colocaron en la casa de Abinadab, en la loma, y consagraron a su hijo Eleazar para que la cuidase. (1 Samuel 7, 1)
Se apoderó de sus ganados y libró a los habitantes. (1 Samuel 23, 6)
Subía David con su gente a hacer correrías contra los guesuritas,los guergueseos y los amalecitas, porque antiguamente éstos eran los habitantes de la región desde Telam, yendo hacia Sur y hacia Egipto. (1 Samuel 27, 8)
Los habitantes de Jabés de Galaad supieron lo que los filisteos habían hecho con Saúl. (1 Samuel 31, 11)
En cuanto a sus habitantes, los hizo salir de la ciudad, los puso a manejar la sierra, las rastras y las hachas de hierro y los hizo trabajar en la fabricación de ladrillos; lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Y luego Da vid y todo su ejército volvieron a Jerusalén. (2 Samuel 12, 31)
Luego devastaron sus ciudades y cada uno echó piedras en las tierras fértiles, hasta cubrirlas. Taparon los manantiales y talaron los árboles frutales. A los habitantes de Quir Aroset no les dejaron más que sus piedras. Pero los honderos la rodearon y comenzaron a castigarla. (2 Reyes 3, 25)