Löydetty 115 Tulokset: señales y maravillas/page/4/page/4/page/3/page/7/page/10/page/6
Quién como Tú, Yavé, entre los dioses? ¿Quién como Tú, glorioso y santo, terrible en tus hazañas, autor de maravillas? (Exodo 15, 11)
que la desgracia caerá sobre esa gente. Porque vieron mi Gloria y mis maravillas, vieron lo que hice en Egipto y en el desierto, y a pesar de eso me tentaron más de diez veces y no me escucharon. (Números 14, 22)
Balaam vio que a Dios le gustaba bendecir a Israel, de manera que no fue como las otras veces en busca de señales, sino que se volvió de cara al desierto. (Números 24, 1)
¿Acaso algún dios ha intentado tomarse un pueblo y sacarlo de en medio de otro pueblo a fuerza de pruebas y de señales, de milagros y de combates, actuando con mano firme y dando grandes golpes, realizando esas cosas grandes que Yavé hizo por ustedes en Egipto y que tú viste con tus propios ojos? (Deuteronomio 4, 34)
de aquellas terribles pruebas que vieron tus ojos, y de los prodigios y señales, de la mano fuerte y de los grandes golpes con que te libertó Yavé, tu Dios. (Deuteronomio 7, 19)
Yavé nos sacó de Egipto con mano firme, demostrando su poder con señales y milagros que sembraron el terror. (Deuteronomio 26, 8)
aquellas grandes plagas que ustedes mismos presenciaron, aquellos prodigios y señales. (Deuteronomio 29, 2)
¡Cuántos milagros y maravillas hizo en Egipto contra Faraón, contra su gente y todo su país! (Deuteronomio 34, 11)
Israel sirvió a Yavé durante toda la vida de Josué y de los ancianos que vivieron más tiempo que Josué, los cuales habían presenciado todas las maravillas que Yavé hizo en favor de Israel. (Josué 24, 31)
La gente de Israel se había puesto de acuerdo con los emboscados en que éstos harían salir de la ciudad muchas señales de humo. (Jueces 20, 38)
Apenas Saúl se alejó de Samuel, Dios le cambió el corazón y todas las señales se realizaron ese mismo día. (1 Samuel 10, 9)
Teman sólo a Yavé y sírvanlo con todo su corazón, pues han visto las maravillas que ha realizado en medio de ustedes. Pero, si se portan mal, perecerán ustedes y su rey.» (1 Samuel 12, 24)