Löydetty 182 Tulokset: servicio en el tabernáculo
Entonces, el rey Roboam consultó a los ancianos que habían estado al servicio de Salomón mientras vivía. Les dijo: «¿Qué me aconsejan hacer con este pueblo?». (1 Reyes 12, 6)
Pero Roboam no hizo caso de este consejo y se fue a consultar también a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. (1 Reyes 12, 8)
Elías, del pueblo de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: «Por la vida de Yavé, el Dios de Israel a cuyo servicio estoy, no habrá estos años lluvia ni rocío mientras yo no mande.» (1 Reyes 17, 1)
Pero Eliseo tomó los bueyes y los sacrificó. Asó su carne con la madera del arado y la repartió a su gente para que comiera. Después partió en seguimiento de Elías y entró a su servicio. (1 Reyes 19, 21)
Un día, unos soldados arameos entraron al país de Israel y se llevaron cautiva a una muchachita, que quedó al servicio de la mujer de Naamán. (2 Reyes 5, 2)
En cuanto a los que salen de su servicio el día sábado, (2 Reyes 11, 6)
Escuchen más bien al rey de Asur que les dice: Hagan las paces conmigo y pónganse a mi servicio. Así todos podrán comer de su viña y de su higuera y tomar agua de su propio estanque. (2 Reyes 18, 31)
Tomó también a un funcionario de la ciudad que era inspector de los hombres de guerra, a cinco de los servidores del servicio doméstico del rey, que se encontraban en la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado del alistamiento de los ciudadanos, y a sesenta ciudadanos más que se hallaban en la ciudad. (2 Reyes 25, 19)
Godolías les declaró con juramento a ellos y a sus hombres: «No teman estar al servicio de los caldeos, quédense en el país y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien.» (2 Reyes 25, 24)
Ellos eran alfareros y habitaban en Netaim y Gaderá; moraban allí con el rey, trabajando a su servicio. (1 Crónicas 4, 23)
Ejercían el ministerio de cantores ante la Morada de la Tienda de Reunión, hasta que Salomón edificó la Casa de Yavé en Jerusalén. Cumplían su servicio conforme a su reglamento. (1 Crónicas 6, 17)
Sus hermanos, los levitas, estaban dedicados al servicio de la morada de la Casa de Dios. (1 Crónicas 6, 33)