Löydetty 144 Tulokset: vasos de honor
Además, los vasos de oro y plata que Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y se llevó a Babilonia serán devueltos y llevados al templo de Jerusalén, al lugar donde estaban depositados en la Casa de Dios. (Esdras 6, 5)
Deposita ante Dios en Jerusalén los vasos que se te entregan para las necesidades de la Casa de tu Dios, (Esdras 7, 19)
veinte copas de oro por valor de mil dáricas y dos vasos de bronce bruñido tan preciosos como vasos de oro. (Esdras 8, 27)
Luego les dije: «Ustedes están consagrados a Yavé; estos vasos son cosas santas, y esa plata y este oro son ofrendas voluntarias hechas a Yavé, el Dios de nuestros padres. (Esdras 8, 28)
Entonces, los sacerdotes y levitas recibieron todo lo que habíamos pesado: la plata, el oro y los vasos, para llevarlos a Jerusalén a la Casa de nuestro Dios. (Esdras 8, 30)
al cuarto, pesamos en la Casa de nuestro Dios la plata, el oro y los vasos, entregándolo todo a Merinot, hijo de Urías, sacerdote, y a Eleazar, hijo de Finjas, junto con Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuí, levitas. (Esdras 8, 33)
Cuando pasaron los catorce días que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías se presentó a él y le dijo: «Déjame regresar, porque seguramente mis padres deben pensar que ya no me verán más.» (Tobías 10, 8)
Al entrar a su casa, todos la felicitaban con estas palabras: «¡Tú eres la gloria de Jerusalén, el orgullo supremo de Israel, el honor mayor de nuestra raza! (Judit 15, 9)
Debido a tu favor, será muy famoso, derramas sobre él honor y majestad. (Salmos 21, 6)
¡Rinde honor a tu nombre, Señor, y perdona mi deuda, que es muy grande! (Salmos 25, 11)
Cíñete ya la espada, poderoso, con gloria y con honor (Salmos 45, 4)
Ayúdanos, oh Dios, salvador nuestro, en atención a la gloria de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados en honor a tu nombre. (Salmos 79, 9)