Löydetty 66 Tulokset: amistad verdadera

  • El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo. (Eclesiástico 6, 17)

  • El que tira una piedra a los pájaros, los espanta; el que afrenta a un amigo, rompe la amistad. (Eclesiástico 22, 20)

  • Con tres cosas me adorno y me presento embellecidadelante del Señor y de los hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y una mujer y un marido que se llevan bien. (Eclesiástico 25, 1)

  • porque como el asesino destruye a su víctima, así has destruido la amistad de tu prójimo: (Eclesiástico 27, 18)

  • El año tercero de Ciro, rey de Persia, una palabra fue revelada a Daniel, que había recibido el nombre de Beltsasar. Esta palabra es verdadera y se refiere a un gran combate. Él prestó atención a la palabra y le fue dada la inteligencia en el transcurso de la visión. (Daniel 10, 1)

  • La verdadera doctrina estaba en su boca y en sus labios no había maldad; él caminaba conmigo en paz y con rectitud, y apartaba a muchos del mal. (Malaquías 2, 6)

  • La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. (Juan 1, 9)

  • Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. (Juan 6, 55)

  • Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. (Juan 15, 1)

  • Hemos comprobado que este hombre es una verdadera peste: él suscita disturbios entre todos los judíos del mundo y es uno de los dirigentes de la secta de los nazarenos. (Hechos 24, 5)

  • Porque no es verdadero judío el que lo es exteriormente, ni la verdadera circuncisión es la que se nota en la carne. (Romanos 2, 28)

  • El verdadero judío lo es interiormente, y la verdadera circuncisión es la del corazón, la que se hace según el espíritu y no según la letra de la Ley. A este le corresponde la alabanza, no de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2, 29)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina