Löydetty 123 Tulokset: samaria
Una vez que entraron en la ciudad, Eliseo dijo: "Señor, abre los ojos de esta gente para que vean". El Señor les abrió los ojos, y vieron que estaban dentro de Samaría. (II Reyes 6, 20)
Un tiempo después, Ben Hadad, rey de Arám, movilizó todo su ejército y sitió a Samaría. (II Reyes 6, 24)
Hubo entonces mucha hambre en Samaría, y el asedio era tan duro que una cabeza de asno valía ochenta siclos de plata, y unos puñados de estiércol de paloma, cinco siclos de plata. (II Reyes 6, 25)
Eliseo dijo entonces: "Escuchen la palabra del Señor: Así habla el Señor: Mañana, a esta misma hora, se venderá un balde de harina de la mejor calidad por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, en la Puerta de Samaría". (II Reyes 7, 1)
En efecto, cuando el hombre de Dios había dicho al rey: "Mañana, a esta misma hora, se venderá un balde de harina de la mejor calidad por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, en la Puerta de Samaría", (II Reyes 7, 18)
Ajab tenía setenta hijos en Samaría. Jehú escribió unas cartas, y las envió a Samaría, a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de Ajab. En ellas decía: (II Reyes 10, 1)
Luego partió y se fue a Samaría. Cuando iba por el camino, en Bet Equed de los Pastores, (II Reyes 10, 12)
Al llegar a Samaría, ultimó allí a todos los que aún quedaban de la familia de Ajab: los exterminó a todos, conforme a la palabra que el Señor había dicho a Elías. (II Reyes 10, 17)
Jehú se fue a descansar con sus padres y lo sepultaron en Samaría. Su hijo Joacaz reinó en lugar de él. (II Reyes 10, 35)
Jehú reinó sobre Israel, en Samaría, durante veintiocho años. (II Reyes 10, 36)
El vigésimo tercer año de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, Joacaz, hijo de Jehú, y reinó diecisiete años. (II Reyes 13, 1)
Pero no se apartaron de los pecados con que Jeroboám había hecho pecar a Israel: persistieron en ellos, y aún el poste sagrado permaneció erigido en Samaría. (II Reyes 13, 6)