Löydetty 227 Tulokset: territorio/page/12

  • Luego dieron vuelta hasta En Mispat -actualmente Cades- y sometieron todo el territorio de los amalecitas, y también a los amorreos que habitaban en Hasasón Tamar. (Génesis 14, 7)

  • Los dos tenían, en efecto, demasiadas posesiones para poder vivir juntos, y el territorio donde residían no daba abasto para tanto ganado. (Génesis 36, 7)

  • Disón, Eser y Disán. Estos son, uno por uno los clanes de los hurritas en el territorio de Seír. (Génesis 36, 30)

  • Mientras tanto, Jacob estaba instalado en el territorio donde su padre había residido como extranjero, en la tierra de Canaán. (Génesis 37, 1)

  • Detrás de ellas subieron otras siete vacas, escuálidas, de aspecto horrible y esqueléticas, como nunca había visto en todo el territorio de Egipto. (Génesis 41, 19)

  • Y el Faraón siguió diciendo a José: "Ahora mismo te pongo al frente de todo el territorio de Egipto". (Génesis 41, 41)

  • El Faraón dijo a José: "Yo soy el Faraón, pero nadie podrá mover una mano o un pie en todo el territorio de Egipto si tú no lo apruebas". (Génesis 41, 44)

  • Cuando se puso al servicio del Faraón, rey de Egipto, José tenía treinta años. José se alejó de la presencia del Faraón e hizo un recorrido por todo el territorio de Egipto. (Génesis 41, 46)

  • Diles que no se preocupen por las cosas que dejan, porque lo mejor de todo el territorio de Egipto será para ustedes". (Génesis 45, 20)

  • y el pueblo quedó sometido a servidumbre de un extremo al otro del territorio egipcio. (Génesis 47, 21)

  • Entonces el pueblo se dispersó por todo el territorio de Egipto para recoger los rastrojos, y abastecerse así de paja. (Exodo 5, 12)

  • Los peces del Nilo murieron, y el río dio un olor tan pestilente, que los egipcios ya no pudieron beber sus aguas. Entonces hubo sangre en todo el territorio de Egipto. (Exodo 7, 21)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina