Löydetty 20 Tulokset: arrogancia

  • No multipliquéis palabras altaneras. No salga de vuestra boca la arrogancia. Dios de sabiduría es Yahveh, suyo es juzgar las acciones. (I Samuel 2, 3)

  • Pues que te alzas airado contra mí y tu arrogancia ha subido a mis oídos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy a devolverte por la ruta por la que has venido. (II Reyes 19, 28)

  • Están ellos cerrados en su grasa, hablan, la arrogancia en la boca. (Salmos 17, 10)

  • Aflige a los que tiranizan y ultrajan con arrogancia. (II Macabeos 1, 28)

  • Así pues, Antíoco, llevándose del Templo 1.800 talentos, se fue pronto a Antioquía, creyendo en su orgullo que haría la tierra navegable y el mar viable, por la arrogancia de su corazón. (II Macabeos 5, 21)

  • Pero él de ningún modo cesaba en su arrogancia; estaba lleno todavía de orgullo, respiraba el fuego de su furor contra los judíos y mandaba acelerar la marcha. Pero sucedió que vino a caer de su carro que corría velozmente y, con la violenta caída, todos los miembros de su cuerpo se le descoyuntaron. (II Macabeos 9, 7)

  • «¿Hasta cuándo, simples, amaréis vuestra simpleza y arrogantes os gozaréis en la arrogancia y necios tendréis odio a la ciencia? (Proverbios 1, 22)

  • (El temor de Yahveh es odiar el mal.) La soberbia y la arrogancia y el camino malo y la boca torcida yo aborrezco. (Proverbios 8, 13)

  • La arrogancia precede a la ruina; el espíritu altivo a la caída. (Proverbios 16, 18)

  • ¿No mató de joven al gigante, y quitó el oprobio del pueblo, blandiendo en la mano la piedra de la honda y abatiendo la arrogancia de Goliat? (Eclesiástico 47, 4)

  • Sabedla, pueblo todo, Efraím y los habitantes de Samaría, los que con arrogancia y engreimiento dicen: (Isaías 9, 8)

  • pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré. (Isaías 13, 11)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina