Löydetty 32 Tulokset: aflicción

  • Añadió: "Tú estás encinta y darás a luz un hijo y le llamarás Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción. (Génesis 16, 11)

  • Al segundo le llamó Efraín, diciendo: "Dios me ha hecho fecundo en el país de mi aflicción". (Génesis 41, 52)

  • ¡Si me vas a tratar así, prefiero la muerte! ¡Si he hallado gracia a tus ojos, haz que termine mi aflicción!". (Números 11, 15)

  • No comerás con la víctima pan fermentado, sino que comerás durante siete días pan sin levadura -el pan de la aflicción-, pues fue a toda prisa como saliste de Egipto; así recordarás todos los días de tu vida tu salida de Egipto. (Deuteronomio 16, 3)

  • Quitaron de en medio de ellos los dioses extranjeros y adoraron al Señor. Y él no pudo soportar por más tiempo la aflicción de Israel. (Jueces 10, 16)

  • y le hizo esta promesa: "¡Oh Señor todopoderoso!, si quieres mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y me das un hijo varón, yo lo consagraré al Señor por todos los días de su vida, y la navaja no pasará por su cabeza". (I Samuel 1, 11)

  • Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy". (II Samuel 16, 12)

  • Porque el Señor vio la amarguísima aflicción de Israel, que no quedaba ya esclavo ni libre y que no había quien socorriera a Israel. (II Reyes 14, 26)

  • Yabés invocó al Dios de Israel, diciendo: "Bendíceme, ensancha mi territorio, ayúdame, aleja de mí el infortunio y pon fin a mi aflicción". Dios le concedió todo lo que había pedido. (I Crónicas 4, 10)

  • Después se unió a su mujer, la cual concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Beriá, aflicción, pues nació cuando estaba su casa afligida. (I Crónicas 7, 23)

  • Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor junto al mar Rojo; (Nehemías 9, 9)

  • Fue aquél un día de tinieblas y oscuridad. La tribulación y la angustia, la aflicción y el pánico invadieron la tierra. (Ester 11, 8)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina