Löydetty 183 Tulokset: historia de isaac

  • Arriba estaba el Señor, el cual dijo: "Yo soy el Señor, el Dios de Abrahán, tu antepasado, y el Dios de Isaac. Yo te daré a ti y a tu descendencia la tierra en que descansas. (Génesis 28, 13)

  • y, con todo su ganado y todo lo que había adquirido en Padán Arán, se puso en camino hacia Isaac, su padre, a la tierra de Canaán. (Génesis 31, 18)

  • Si el Dios de mi padre, el Dios de Abrahán, el Terror de Isaac, no hubiera estado conmigo, tú me habrías enviado con las manos vacías. Dios vio mi dolor y el trabajo de mis manos, y ayer por la noche sentenció". (Génesis 31, 42)

  • Que el Dios de Abrahán y el Dios de Najor -el Dios de sus padres- hagan valer el derecho entre nosotros". Entonces Jacob juró por el Terror de Isaac, su padre. (Génesis 31, 53)

  • Luego exclamó: "Dios de mi padre Abrahán, Dios de mi padre Isaac, Señor, que me dijiste: Vuelve a tu tierra y a tu familia y yo te haré el bien, (Génesis 32, 10)

  • La tierra que di a Abrahán y a Isaac, te la doy a ti y a tu descendencia". (Génesis 35, 12)

  • Jacob llegó a casa de Isaac, su padre, en Mambré, a la ciudad de Arba, o sea Hebrón, donde habitaron Abrahán e Isaac. (Génesis 35, 27)

  • Isaac vivió ciento ochenta años, (Génesis 35, 28)

  • Sigue la historia de Jacob. José tenía diecisiete años cuando iba a apacentar el rebaño con sus hermanos, los hijos de Bihl y de Zilpa, mujeres de su padre. Y José contó a su padre la mala fama que tenían sus hermanos. (Génesis 37, 2)

  • Israel partió con todo lo que tenía. Al llegar a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. (Génesis 46, 1)

  • Y bendijo a José diciendo: "El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abrahán e Isaac, el Dios que me ha guiado desde mi nacimiento hasta hoy, (Génesis 48, 15)

  • el ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos muchachos y por ellos se difunda mi nombre y el nombre de mis padres Abrahán e Isaac; que crezcan y se multipliquen sobre la tierra". (Génesis 48, 16)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina