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  • respondió: «Entre los judíos existe un partido, llamado asideo, encabezado por Judas Macabeo, que fomenta guerras y rebeliones e impide que se restablezca el orden en el país; (2 Macabeos 14, 6)

  • Razis, uno de los Ancianos de Jerusalén, fue denunciado a Nicanor como varón muy patriota, de muy buena fama y llamado por su bondad «padre de los judíos». (2 Macabeos 14, 37)

  • De común acuerdo, decidieron conmemorar aquella fecha y se fijó como día festivo el día trece del mes doce, llamado Adar en arameo, la víspera del día de Mardoqueo. (2 Macabeos 15, 36)

  • Presenta su llamado en las encrucijadas, pronuncia su mensaje en las puertas de la ciudad: (Proverbios 1, 21)

  • "¡A Ustedes, humanos, me dirijo, lanzo un llamado a los hijos de los hombres! (Proverbios 8, 4)

  • ¿Cómo podría durar una cosa que tú no quisieras? ¿Qué podría subsistir si tú no lo hubieras llamado? (Sabiduría 11, 25)

  • Así habla el Señor Yavé de los Ejércitos: Anda a ver a ese funcionario, llamado Sobna, que es administrador del palacio (Isaías 22, 15)

  • Pero sobre nosotros se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará un vergel, y lo que ahora es llamado vergel será tenido por terreno baldío. (Isaías 32, 15)

  • Allí se juntarán los gatos salvajes con los pumas, y se darán cita los chivos; allí también se echará a descansar el monstruo llamado Lilit. (Isaías 34, 14)

  • Lo he despertado en el norte, y ha venido, desde el oriente ha sido llamado por su nombre. Ha pisoteado a los jefes como al barro, como el alfarero pisa la arcilla. (Isaías 41, 25)

  • Yo, Yavé, te he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y tomado de la mano, te he destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones. (Isaías 42, 6)

  • Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado, Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío. (Isaías 43, 1)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina