Trouvé 1852 Résultats pour: Eva

  • Luego vi a otro Ángel que volaba en lo más alto del cielo, llevando una Buena Noticia, la eterna, la que él debía anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, familia, lengua y pueblo. (Apocalipsis 14, 6)

  • El humo de su tormento se eleva por los siglos de los siglos, y aquellos que adoran a la Bestia y a su imagen, y reciben la marca de su nombre, no tendrán reposo ni de día ni de noche». (Apocalipsis 14, 11)

  • Entonces otro Ángel salió del Templo que está en el cielo, llevando también una hoz afilada. (Apocalipsis 14, 17)

  • Después vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete Ángeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales debía consumarse la ira de Dios. (Apocalipsis 15, 1)

  • El primer Ángel fue y derramó su copa sobre la tierra, provocando una llaga maligna y dolorosa en todos los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen. (Apocalipsis 16, 2)

  • Pero el Ángel me preguntó: «¿Por qué te extrañas? Yo te explicaré el misterio de la mujer, y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos. (Apocalipsis 17, 7)

  • Y volvieron a decir: «¡Aleluya! La humareda de la Ciudad se eleva por los siglos de los siglos». (Apocalipsis 19, 3)

  • Sus ojos son como una llama ardiente y su cabeza está cubierta de numerosas diademas. Lleva escrito un nombre que solamente él conoce (Apocalipsis 19, 12)

  • En su manto y en su muslo lleva escrito este nombre: Rey de los reyes y Señor de los señores. (Apocalipsis 19, 16)

  • Pero la Bestia fue capturada, junto con el falso profeta -aquel que realizaba prodigios delante de la otra Bestia, y así logró seducir a los que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen- y ambos fueron arrojados vivos al estanque de azufre ardiente. (Apocalipsis 19, 20)

  • Luego vi que un Ángel descendía del cielo, llevando en su mano la llave del Abismo y una enorme cadena. (Apocalipsis 20, 1)

  • Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. (Apocalipsis 21, 1)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina