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Y yo pediré cuenta de la sangre de cada uno de ustedes: pediré cuenta de ella a todos los animales, y también pediré cuenta al hombre de la vida de su prójimo. (Génesis 9, 5)
Pero aquel mismo día, Labán separó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas -todo lo que tenía una mancha blanca- y todos los corderos negros, y los confió al cuidado de sus hijos. (Génesis 30, 35)
Pero esa misma noche, Dios se apareció en sueños a Labán, el arameo, y le dijo: "Cuidado con entrometerte para nada en los asuntos de Jacob". (Génesis 31, 24)
Yo tengo poder suficiente para hacerles una mala jugada a todos ustedes. Sin embargo, ayer por la noche, el Dios de tu padre me dijo: ‘Cuidado con entrometerte para nada en los asuntos de Jacob’. (Génesis 31, 29)
Y tengan cuidado de añadir: ‘Detrás de nosotros viene tu servidor Jacob personalmente’". Porque pensaba: "Lo aplacaré con los regalos que me preceden y después me presentaré yo; tal vez así me reciba bien". (Génesis 32, 21)
A partir del momento en que le encomendó el cuidado de su casa y de todas sus posesiones, el Señor bendijo la casa del egipcio, en atención a José. La bendición del Señor se extendía a todas sus posesiones, dentro y fuera de la casa. (Génesis 39, 5)
Pero Rubén le respondió: "Podrás matar a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Déjalo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré sano y salvo". (Génesis 42, 37)
No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca. (Exodo 20, 17)
Pero si alguien tiene la osadía de matar alevosamente a su prójimo, hasta de mi altar deberás sacarlo para que muera. (Exodo 21, 14)
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes que se ponga el sol, (Exodo 22, 25)
Y ten cuidado de hacerlo conforme al modelo que te fue mostrado en la Montaña. (Exodo 25, 40)
Si una persona peca y defrauda al Señor, por haber engañado a su prójimo respecto de un objeto que le fue confiado en depósito o puesto bajo su cuidado, o bien, por haber estafado a su prójimo o haberlo violentado; (Levítico 5, 21)