Trouvé 58 Résultats pour: jardín del Edén

  • Ahí está lleno de savia ante los rayos del sol, sus retoños se extienden sobre su jardín; (Job 8, 16)

  • Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada. (Cantar 4, 12)

  • La Amada: ¡Despierta, viento del norte, ven, viento del sur! ¡Soplen sobre mi jardín para que exhale su perfume! ¡Que mi amado entre en su jardín y saboree sus frutos deliciosos! (Cantar 4, 16)

  • Yo entré en mi jardín, hermana mía, novia mía; recogí mi mirra y mi bálsamo, comí mi miel y mi panal, bebí mi vino y mi leche. ¡Coman, amigos míos, beban, y embriáguense de amor! (Cantar 5, 1)

  • La Amada: Mi amado ha bajado a su jardín, a los canteros perfumados, para apacentar su rebaño en los jardines, para recoger lirios. (Cantar 6, 2)

  • La Amada: Yo bajé al jardín de los nogales, a ver los retoños del valle, a ver si brotaba la viña, si florecían los granados... (Cantar 6, 11)

  • En cuanto a mí, como un canal que brota de un río, como una acequia, salí a un jardín (Eclesiástico 24, 30)

  • porque serán como una encina de hojas secas, como un jardín sin agua. (Isaías 1, 30)

  • ¿Libraron acaso sus dioses a esas naciones que mis padres han destruido, a Gozán, Jarán, Résef, y a la gente de Edén que está en Telasar? (Isaías 37, 12)

  • Sí, el Señor consuela a Sión, consuela todas sus ruinas: hace su desierto semejante a un Edén, y su estepa, a un jardín del Señor. Allí habrá gozo y alegría, acción de gracias y resonar de canciones. (Isaías 51, 3)

  • El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan. (Isaías 58, 11)

  • Porque así como la tierra da sus brotes y un jardín hace germinar lo sembrado, así el Señor hará germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. (Isaías 61, 11)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina