Trouvé 714 Résultats pour: seis días

  • Él será un signo perdurable entre yo y los israelitas, porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, pero el séptimo día descansó y retomó aliento. (Exodo 31, 17)

  • Observarás la fiesta de los Ácimos. Durante siete días comerás panes ácimos, como yo te lo he mandado; y lo harás en el tiempo señalado del mes de Abib, porque en ese mes saliste de Egipto. (Exodo 34, 18)

  • Durante seis días trabajarás, pero el séptimo día deberás descansar, incluso en tiempo de siembra y de cosecha. (Exodo 34, 21)

  • Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. Y escribió sobre las tablas las palabras de la alianza, es decir, los diez Mandamientos. (Exodo 34, 28)

  • Durante seis días se trabajará, pero el séptimo día será para ustedes una cosa sagrada, un día de descanso solemne en honor del Señor. El que trabaje ese día será castigado con la muerte. (Exodo 35, 2)

  • Luego unieron separadamente cinco de un lado y seis del otro; (Exodo 36, 16)

  • Para el fondo de la Morada, hacia el oeste, hicieron seis bastidores, (Exodo 36, 27)

  • De sus lados salían seis brazos: tres de un lado y tres del otro. (Exodo 37, 18)

  • Durante siete días no abandonarán la entrada de la Carpa del Encuentro, o sea, hasta que termine el período de la consagración, porque la consagración de ustedes durará siete días. (Levítico 8, 33)

  • Habla en estos términos a los israelitas: Cuando una mujer quede embarazada y dé a luz un varón, será impura durante siete días, como lo es en el tiempo de su menstruación. (Levítico 12, 2)

  • pero ella deberá continuar purificándose de su sangre durante treinta y tres días más. No tocará ningún objeto consagrado ni irá al Santuario, antes de concluir el tiempo de su purificación. (Levítico 12, 4)

  • Pero si da a luz una niña, será impura durante dos semanas, como lo es durante su menstruación, y deberá continuar purificándose de su sangre durante sesenta y seis días más. (Levítico 12, 5)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina