Trouvé 1892 Résultats pour: Eva

  • Y sin duda alguna, grande es el Misterio de la piedad: El ha sido manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los Angeles, proclamado a los gentiles, creído en el mundo, levantado a la gloria. (I Timoteo 3, 16)

  • Yo te conjuro en presencia de Dios, de Cristo Jesús y de los ángeles escogidos, que observes estas recomendaciones sin dejarte llevar de prejuicios ni favoritismos. (I Timoteo 5, 21)

  • Porque nosotros no hemos traído nada al mundo y nada podemos llevarnos de él. (I Timoteo 6, 7)

  • Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores. (I Timoteo 6, 10)

  • No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios, (II Timoteo 1, 8)

  • y que se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Evangelio (II Timoteo 1, 10)

  • Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David, según mi Evangelio; (II Timoteo 2, 8)

  • por él estoy sufriendo hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la Palabra de Dios no está encadenada. (II Timoteo 2, 9)

  • y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (II Timoteo 3, 15)

  • Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio. (II Timoteo 4, 5)

  • Pablo, siervo de Dios, apóstol de Jesucristo para llevar a los escogidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdad que es conforme a la piedad, (Tito 1, 1)

  • Yo querría retenerle conmigo, para que me sirviera en tu lugar, en estas cadenas por el Evangelio; (Filemon 1, 13)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina