Trouvé 1892 Résultats pour: Eva

  • Ahora, pues, hijo mío, hazme caso: levántate y huye a Jarán, a donde mi hermano Labán, (Génesis 27, 43)

  • Levántate y ve a Paddán Aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre. (Génesis 28, 2)

  • Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. (Génesis 28, 18)

  • Cuando he aquí que divisa un pozo en el campo, y allí mismo tres rebaños de ovejas sesteando junto a él, pues de aquel pozo se abrevaban los rebaños. Sobre la boca del pozo había una gran piedra. (Génesis 29, 2)

  • Allí se reunían todos los rebaños: se revolvía la piedra de encima de la boca del pozo, abrevaban las ovejas, y devolvían la piedra a su sitio sobre la boca del pozo. (Génesis 29, 3)

  • Dijo él: «Todavía es muy de día, no es hora de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.» (Génesis 29, 7)

  • Contestaron: «No podemos hasta que se reúnan todos los rebaños y se revuelva la piedra de sobre la boca del pozo. Entonces abrevaremos las ovejas.» (Génesis 29, 8)

  • Respondióle: «¿Es poco habertte llevado mi marido, que encima vas a llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel: «Sea: que se acueste contigo Jacob esta noche, a cambio de las mandrágoras de tu hijo.» (Génesis 30, 15)

  • e hincó las varas así labradas en las pilas o abrevaderos a donde venían las reses a beber, justo delante de las reses, con lo que éstas se calentaban al acercarse a beber. (Génesis 30, 38)

  • Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde ungiste una estela y donde me hiciste aquel voto. Ahora, levántate, sal de esta tierra y vuelve a tu país natal.» (Génesis 31, 13)

  • Levantóse Jacob, montó a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, (Génesis 31, 17)

  • En effecto, se fugó con todo lo suyo; se levantó, pasó el Río y enderezó hacia la montaña de Galaad. (Génesis 31, 21)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina