Trouvé 37 Résultats pour: falsos maestros

  • Su número, contando a sus hermanos, los que estaban instruidos en el canto de Yahveh, todos ellos maestros, era de 288. (I Crónicas 25, 7)

  • Estos hombres ejecutaban los trabajos honradamente. Estaban bajo la vigilancia de Yájat y Abdías, levitas de los hijos de Merarí, y de Zacarías y Mesúllam, de los hijos de Quehat, que les dirigían, y de otros levitas; todos ellos maestros en tañer instrumentos músicos. (II Crónicas 34, 12)

  • No voy a sentarme con los falsos, no ando con hipócritas; (Salmos 26, 4)

  • no me entregues al ansia de mis adversarios, pues se han alzado contra mí falsos testigos, que respiran violencia. (Salmos 27, 12)

  • Testigos falsos se levantan, sobre lo que ignoro me interrogan; (Salmos 35, 11)

  • Tengo más prudencia que todos mis maestros, porque mi meditación son tus dictámenes. (Salmos 119, 99)

  • no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado oídos a los que me instruían. (Proverbios 5, 13)

  • Leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo. (Proverbios 27, 6)

  • Porque o se divierten alocadamente, o manifiestan oráculos falsos, o viven una vida de injusticia, o con toda facilidad perjuran: (Sabiduría 14, 28)

  • Aquí estoy yo contra los profetas que profetizan falsos sueños - oráculo de Yahveh - y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus falsedades y su presunción, cuando yo ni les he enviado ni dado órdenes, y ellos de ningún provecho han sido para este pueblo - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 23, 32)

  • Porque la lengua de esos dioses ha sido limada por un artesano, y ellos, por muy dorados y plateados que estén, son falsos y no pueden hablar. (Baruc 6, 7)

  • De modo que es mucho mejor ser un rey que ostenda su poder, o un utensilio provechoso en una casa, del cual se sirve su dueño, que no estos falsos dioses; o una puerta en una casa, que guarda cuanto hay dentro de ella, que no estos falsos dioses; o bien un poste de madera en un palacio, que no estos falsos dioses. (Baruc 6, 58)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina