Trouvé 469 Résultats pour: santo sábado

  • Luego, les ordenó: «Esto es lo que tenéis que hacer: un tercio de vosotros, los que entran el sábado, que custodien la casa del rey. (II Reyes 11, 5)

  • Las otras dos partes, todos los que salen el sábado, se quedarán guardando la Casa de Yahveh, junto al rey. (II Reyes 11, 7)

  • Los jefes de cien hicieron cuanto les mandó el sacerdote Yehoyadá. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban el sábado y los que salían el sábado, y vinieron junto al sacerdote Yehoyadá. (II Reyes 11, 9)

  • ¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel! (II Reyes 19, 22)

  • Entre los quehatitas, sus hermanos, algunos estaban encargados de poner en filas los panes cada sábado. (I Crónicas 9, 32)

  • ¡Gloriaos en su santo Nombre, se alegre el corazón de los que buscan a Yahveh! (I Crónicas 16, 10)

  • Y decid: «¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación! Reúnenos y líbranos de las naciones, para dar gracias a tu Nombre santo y gloriarnos en tu alabanza.» (I Crónicas 16, 35)

  • Yahveh, Dios nuestro, todo este grande acopio que hemos preparado para edificarte una Casa para tu santo Nombre, viene de tu mano y tuyo es todo. (I Crónicas 29, 16)

  • Construyó también la sala del Santo de los Santos, cuya longitud, correspondiente al ancho de la Casa, era de veinte codos, y su anchura igualmente de veinte codos. Lo revistió de oro puro, que pesaba seiscientos talentos. (II Crónicas 3, 8)

  • En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que revistió de oro. (II Crónicas 3, 10)

  • y los cuchillos, los acetres, los vasos y los braseros, de oro puro. Eran también de oro las puertas interiores de la Casa a la entrada del Santo de los Santos, y las puertas de la Casa para el Hekal. (II Crónicas 4, 22)

  • Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Yahveh a su lugar, al Debir de la Casa, al Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines. (II Crónicas 5, 7)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina