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Reúnan junto a mí a todos los ancianos y los oficiales de todas las tribus, que voy a pronunciar en sus oídos estas palabras, y pediré al cielo y la tierra que sean testigos contra ellos. (Deuteronomio 31, 28)
Sí, yo alzo al cielo mi mano y digo: «Tan cierto como vivo yo para siempre, (Deuteronomio 32, 40)
Dijo para José: ¡Que Yavé bendiga su tierra con el rocío del cielo y las aguas que surgen del abismo, (Deuteronomio 33, 13)
Israel habita seguro. La fuente de Jacob corre aparte en una tierra de trigo y de vino, y le llega rocío del cielo. (Deuteronomio 33, 28)
Por aquel tiempo Yavé dijo a Josué: «Fabrica unos cuchillos de pedernal y celebra de nuevo una circuncisión para los hijos de Israel.» (Josué 5, 2)
Los hombres de Hay miraron atrás y vieron el humo que de la ciudad subía hacia el cielo y, al mismo tiempo, los israelitas se detuvieron en su huida para volverse contra ellos. (Josué 8, 20)
Mientras huían, Yavé hizo caer piedras desde el cielo sobre ellos hasta Azecá, matándolos. Y fueron más los que perecieron por la granizada que los muertos por la espada de los israelitas. (Josué 10, 11)
Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo hubo tomado desquite de sus enemigos. Así está escrito en el Libro del Justo. El sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse casi un día entero. (Josué 10, 13)
Al día siguiente, toda la gente del pueblo vio el altar de Baal hecho pedazos y el tronco sagrado arrasado. Fuera de esto, vieron que un toro había sido sacrificado sobre el nuevo altar. (Jueces 6, 28)
Gedeón habló de nuevo a Dios y le dijo: «No te enojes conmigo si me atrevo otra vez a hablarte. Por favor, quisiera hacer otra vez la prueba con el vellón: que quede seco sólo el vellón y que haya rocío por todo el suelo.» (Jueces 6, 39)
Jefté mandó de nuevo mensajeros al rey de los amonitas y le dijo: (Jueces 11, 14)
Y sucedió esto a la vista de Manoaj y su esposa: cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Angel de Yavé subió también en la llama. Al verlo, Manoaj y su mujer cayeron rostro en tierra. (Jueces 13, 20)