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Para tus santos, sin embargo, resplandecía la luz. Los egipcios no los veían, pero los oían y pensaban que habían tenido mucha suerte al librarse de ellas. (Sabiduría 18, 1)
Tus santos hijos, la raza de los buenos, ofrecieron pues en secreto el sacrificio y se comprometieron a observar esa ley divina: el pueblo seguiría siendo solidario tanto en los éxitos como en los peligros; después de lo cual entonaron los cantos de sus padres. (Sabiduría 18, 9)
Hijos míos santos, escúchenme y crecerán como el rosedal plantado junto al arroyo. (Sirácides (Eclesiástico) 39, 13)
Explicar este mundo de maravillas es una cosa que le queda grande aun a los Santos del Señor. Porque el Señor, Dueño del Universo, le dio consistencia en su propia gloria. (Sirácides (Eclesiástico) 42, 17)
A los que queden de Sión y al resto de Jerusalén se les llamará santos, pues sus nombres fueron escritos para que tengan vida en Jerusalén. El Señor viene para lavar de sus inmundicias a las hijas de Sión, y para limpiar a Jerusalén de la sangre que ha sido derramada en ella, con el soplo de su justicia que es un soplo de fuego. (Isaías 4, 3)
«Yo he dado órdenes a mis Santos, a mis guerreros alegres y gloriosos, instrumentos de mi venganza.» (Isaías 13, 3)
los que van a los jardines para purificarse y hacerse santos, y se ponen detrás de uno que está en el centro, que comen carne de cerdo, de culebras o de ratones. Sus obras y artimañas cesarán al mismo tiempo, dice Yavé. (Isaías 66, 17)
«Estábamos indignados al oír tantos insultos y nos tapábamos la cara de vergüenza al saber que extranjeros habían entrado en los lugares santos de la Casa de Yavé.» (Jeremías 51, 51)
Les di mis sábados para que sean una señal entre yo y ellos, para que sepan que yo soy Yavé, quien los hace santos. (Ezequiel 20, 12)
Midió veinte codos para el ancho y veinte para el largo de esa sala, luego añadió: "Ese es el Santo de los Santos". (Ezequiel 41, 4)
Santos y humildes de corazón aalábenlo y ensálcenlo eternamente (Daniel 3, 87)
Después se presentó Daniel ante mí, por sobrenombre Beltsasar, según el nombre de mi dios, pues en él reside el espíritu de los dioses santos; yo le conté el sueño en esta forma: (Daniel 4, 5)