pronađen 36 Rezultati za: adoradores falsos
No corras rumores falsos; no apoyes al que sostiene una causa injusta, dando falso testimonio. (Exodo 23, 1)
le imputa falsos delitos y la difama diciendo: Me casé con esta mujer, pero cuando me uní a ella no la encontré virgen, (Deuteronomio 22, 14)
Pues bien, convocad ante mí a todos los profetas de Baal, a todos sus sacerdotes y a todos sus adoradores. Que nadie falte, porque tengo que ofrecer un sacrificio solemne a Baal. Todo el que falte morirá". Jehú obraba así con astucia para hacer perecer a todos los adoradores de Baal. (II Reyes 10, 19)
Jehú envió emisarios por todo Israel, y todos los adoradores de Baal se presentaron; ni uno solo dejó de venir; y entraron en el templo de Baal, que quedó lleno de punta a cabo. (II Reyes 10, 21)
Jehú dijo entonces al prefecto del vestuario: "Saca vestiduras para todos los adoradores de Baal". Y él les sacó las vestiduras. (II Reyes 10, 22)
Jehú y Jonadab, hijo de Recab, entraron en el templo de Baal; Jehú ordenó a los adoradores de Baal: "Registrad y mirad para que no haya aquí con vosotros ninguno de los adoradores del Señor, sino únicamente adoradores de Baal". (II Reyes 10, 23)
no me entregues al capricho de mis perseguidores, pues se han alzado contra mí testigos falsos que respiran violencia. (Salmos 27, 12)
Las palabras de su boca no son más que pecado; que caigan presa de su propio orgullo por sus blasfemias y falsos juramentos. (Salmos 59, 13)
inmolaron a sus hijos y a sus hijas a esos falsos dioses; (Salmos 106, 37)
Los golpes de un amigo son leales, los besos de un enemigo son falsos. (Proverbios 27, 6)
Mucho mejor es ser un rey que demuestra su poder o un utensilio provechoso en una casa, del cual se sirve su dueño, que no estos falsos dioses; o una puerta en una casa, que pone en seguro cuanto hay dentro de ella, que no estos falsos dioses; o un poste de madera en un palacio, que no estos falsos dioses. (Baruc 6, 58)
Y no sucederá lo que pasa por vuestra mente, cuando andáis diciendo: ¡Seremos como las gentes, como los pueblos de los otros países, adoradores del leño y la piedra! (Ezequiel 20, 32)