Salmos, 150

1. ¡Aleluya! Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento.

2. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.

3. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras,

4. alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas,

5. alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes.

6. Todo ser que alienta alabe al Señor. ¡Aleluya!

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El Salmo 150 es una canción de alabanza y adoración a Dios, ensalzándolo por su grandeza y poder. El salmista llama a todos para alabar a Dios con todo tipo de instrumentos musicales, así como con bailes y canciones felices. A continuación hay cinco versos relacionados con el tema dirigido en el Salmo 150:

Salmo 66:4 - "Toda la tierra te adorará y te canto alabanzas; cantarás alabanzas a tu nombre". Este versículo enfatiza la idea de que todas las naciones deberían adorar a Dios y cantarle alabanzas, así como se convoca en el Salmo 150.

Salmo 98:4-6 - "Celebre con alegría al Señor, todas las tierras; exultai y canta con alegría. Canta alabanza al Señor con el arpa; con el arpa y la voz del rincón. Del rey el Señor". Este versículo también llama a todos para alabar a Dios con instrumentos musicales, como en el Salmo 150.

Salmo 135:3 - "Alabado al Señor, porque el Señor es bueno; canta alabanza a su nombre, porque es agradable". Este versículo enfatiza que debemos alabar a Dios por su bondad y grandeza, como se expresa en el Salmo 150.

Apocalipsis 5:13 - "Escuché a todas las criaturas en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y todo lo que existe en ellas, que dicen," a quien está sentado en el trono y el cordero están ¡Alabanza, el honor, la gloria y el poder, por siempre y para siempre! "" Este versículo ilustra la idea de que toda la creación debe alabar a Dios, ya que se convoca en el Salmo 150.

Efesios 5:19 - "Hablando entre ustedes en salmos, himnos y canciones espirituales, cantando y alabando el corazón del Señor". Este versículo muestra que la adoración y la alabanza a Dios deben ser un aspecto constante de la vida cristiana, no solo algo que se haga en el templo o la iglesia, como se menciona en el Salmo 150.

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