Talált 154 Eredmények: oración de Tobías
Había comprendido que Semeías no había sido enviado por Dios, sino que Tobías lo había comprado para que me asustara. (Nehemías 6, 12)
Acuérdate, Dios mío, de Tobías, por lo que ha hecho; y también de la profetisa Nadías, y de los demás profetas que trataron de asustarme. (Nehemías 6, 14)
En este mismo tiempo varios judíos destacados escribían y recibían cartas seguidas de Tobías. (Nehemías 6, 17)
Pues Tobías tenía muchos amigos en Judá porque era yerno de Secanías, hijo de Araj, y por estar casado su hijo Jojanán con la hija de Mesulam, hijo de Berequías. (Nehemías 6, 18)
Incluso llegaron a hablar bien de Tobías en mi presencia, al mismo tiempo que le contaban todas mis palabras. Y era éste, Tobías, quien me mandaba cartas para asustarme. (Nehemías 6, 19)
los hijos de Belaías, los de Tobías y los de Necodá, 642. (Nehemías 7, 62)
Antes de esto, el sacerdote Elyasib había sido encargado de los departamentos de la Casa de nuestro Dios. Como era pariente de Tobías, (Nehemías 13, 4)
volví a Jerusalén y me enteré del mal que había hecho Elyasib para complacer a Tobías, proporcionándole un departamento en los edificios de la Casa de Yavé. (Nehemías 13, 7)
Esto me desagradó mucho; eché fuera del departamento todos los muebles de Tobías (Nehemías 13, 8)
Siendo mayor de edad, me casé con una joven de nuestra familia llamada Ana, de la que tuve un hijo al que llamé Tobías. Cuando fuimos desterrados a Nínive, (Tobías 1, 9)
Todos mis bienes fueron confiscados para el tesoro real. Sólo quedé con mi esposa Ana y mi hijo Tobías. (Tobías 1, 20)
Durante el reinado de Asarjadón volví a mi casa y me devolvieron mi esposa Ana y mi hijo Tobías. En Pentecostés, que es la fiesta santa de las Semanas, me prepararon un gran banquete y me dispuse a comer. (Tobías 2, 1)