Talált 50 Eredmények: pena
Mis ojos se cierran de pena no soy más que la sombra de mí mismo. (Job 17, 7)
Pero tú has visto la pena y el dolor, los miras y los recoges en tus manos. A ti el desamparado se encomienda, a ti que al huérfano socorres. (Salmos 10, 14)
El tiempo de nuestros años es de setenta, y de ochenta si somos robustos. La mayoría son de pena y decepción, transcurren muy pronto y nos llevan volando. (Salmos 90, 10)
tus siervos se encariñan con sus piedras y sienten pena al ver sus escombros. (Salmos 102, 15)
En la pena El sumió su corazón, sucumbían y nadie los socorría. (Salmos 107, 12)
Reconozco ahora que por esto me han venido estas desgracias y me muero de pena en tierra extraña.» (1 Macabeos 6, 13)
Se enojó con Andrónico y le quitó inmediatamente su cargo. Luego ordenó que le rasgaran las ropas y lo condujeran, atravesando toda la ciudad, hasta el lugar donde había cometido el asesinato de Onías, y allí mismo ordenó que le echaran fuera de este mundo, dándole así Dios la pena merecida. (2 Macabeos 4, 38)
Una pena profunda debilita las energías, una buena noticia devuelve la alegría. (Proverbios 12, 25)
El corazón conoce su propia pena, y su alegría nadie podrá compartirla. (Proverbios 14, 10)
Cuando se acordaban de todo lo que les había pasado, sentían una pena doble. (Sabiduría 11, 12)
¡Cuánta más pena dan los que ponen su confianza en cosas muertas, y que dan el nombre de dioses a lo que ha salido de manos humanas: oro, plata cincelada, figuras de animales, y hasta la piedra inservible y que un buen día fue esculpida por alguien! (Sabiduría 13, 10)
Ustedes que temen al Señor, esperen recibir todo lo que vale la pena: esperen misericordia y alegría eterna. (Sirácides (Eclesiástico) 2, 9)