Talált 102 Eredmények: Daniel

  • Ahora bien, este Daniel sobresalía entre los ministros y sátrapas, porque había en él un espíritu superior, y el rey pensaba ponerlo al frente de todo el reino. (Daniel 6, 4)

  • Por eso los ministros y los sátrapas trataron de encontrar un pretexto para acusar a Daniel en lo referente a los asuntos del reino. Pero no pudieron encontrar ningún pretexto ni falta, porque él era fiel y no se le descubrió ninguna negligencia ni falta. (Daniel 6, 5)

  • Esos hombres dijeron: "No encontraremos ningún motivo de acusación contra Daniel, sino es en la Ley de su Dios". (Daniel 6, 6)

  • Cuando Daniel supo que el documento había sido firmado, entró en su casa. Esta tenía en el piso superior unas ventanas que se abrían en dirección a Jerusalén, y tres veces por día, él se ponía de rodillas, invocando y alabando a su Dios, como lo había hecho antes. (Daniel 6, 11)

  • Aquellos hombres acudieron precipitadamente y encontraron a Daniel orando y suplicando a su Dios. (Daniel 6, 12)

  • Entonces ellos tomaron la palabra y dijeron en presencia del rey: "Daniel, uno de los deportados de Judá, no te ha hecho caso, rey, ni a ti ni a la prohibición que tú has escrito, y tres veces al día hace su oración". (Daniel 6, 14)

  • Al oír esto, el rey se apenó profundamente y puso todo su empeño por salvar a Daniel: hasta el atardecer se esforzó por librarlo. (Daniel 6, 15)

  • Entonces el rey mandó traer a Daniel y arrojarlo al foso de los leones. El rey tomó la palabra y dijo a Daniel: "Tu Dios, al que sirves con tanta constancia, te salvará". (Daniel 6, 17)

  • Luego trajeron una piedra y la pusieron sobre la abertura del foso; el rey la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que no se cambiara nada en lo concerniente a Daniel. (Daniel 6, 18)

  • Cuando se acercó a él, llamó a Daniel con voz angustiosa. El rey tomó la palabra y dijo a Daniel: "Daniel, servidor del Dios viviente, ¿ha podido tu Dios, al que sirves con tanta constancia, salvarte de los leones?". (Daniel 6, 21)

  • Daniel dijo al rey: "¡Viva el rey eternamente! (Daniel 6, 22)

  • El rey sintió una gran alegría a causa de Daniel, y ordenó que lo sacaran del foso. Daniel fue sacado del foso, y no se le encontró ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. (Daniel 6, 24)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina