Talált 5017 Eredmények: preparación para la guerra

  • Dios dijo: "Haya lumbreras en el firmamento que separen el día de la noche, sirvan de signos para distinguir las estaciones, los días y los años, (Génesis 1, 14)

  • y luzcan en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y así fue: (Génesis 1, 15)

  • Dios hizo dos lumbreras grandes, la mayor para gobierno del día, y la menor para gobierno de la noche, y las estrellas. (Génesis 1, 16)

  • Dios las puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, (Génesis 1, 17)

  • A todos los animales del campo, a las aves del cielo y a todos los reptiles de la tierra, a todo ser viviente, yo doy para comida todo herbaje verde". Y así fue. (Génesis 1, 30)

  • El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. (Génesis 2, 9)

  • Un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. (Génesis 2, 10)

  • El Señor Dios tomó al hombre y le puso en el jardín de Edén para que lo cultivase y lo guardase. (Génesis 2, 15)

  • El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, ya que el nombre que él les diera, ése sería su nombre. (Génesis 2, 19)

  • El hombre impuso nombre a todos los ganados, a todas las aves del cielo y a todas las bestias del campo; pero para sí mismo no encontró una ayuda apropiada. (Génesis 2, 20)

  • La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió. (Génesis 3, 6)

  • Después dijo: "¡He ahí al hombre, que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del bien y del mal! ¡No vaya ahora a tender su mano y tome del árbol de la vida, y comiendo de él viva para siempre!". (Génesis 3, 22)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina