Fondare 438 Risultati per: comida en el desierto
Y traemos además plata para comprar más comida. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas.» (Génesis 43, 22)
Después se lavó la cara y volvió. Tratando de dominarse, ordenó: «Sirvan la comida.» (Génesis 43, 31)
Y cuando nos pidió: «Vuelvan a comprar algo de comida», (Génesis 44, 25)
Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas muy lejos en el desierto y llegó al cerro de Horeb, esto es, el Cerro de Dios. (Exodo 3, 1)
Los jefes de Israel te harán caso y, con ellos te presentarás al rey de Egipto. Tú le dirás: El Dios de los hebreos, Yavé, nos salió al encuentro: deja que caminemos tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios a Yavé, nuestro Dios. (Exodo 3, 18)
Mientras tanto, Yavé había dicho a Aarón: «Sal al encuentro de Moisés, en el desierto.» Así que partió Aarón, lo encontró en el Monte de Dios y lo besó. (Exodo 4, 27)
Después de eso Moisés y Aarón fueron a decir a Faraón: «Así dice Yavé, el Dios de Israel: Deja que mi pueblo salga al desierto para celebrar mi fiesta.» (Exodo 5, 1)
Ellos dijeron: «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Permite que vayamos al desierto a tres días de camino. Allá ofreceremos sacrificios a Yavé, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada.» (Exodo 5, 3)
Le dirás esto: "Yavé, el Dios de los hebreos, me ha mandado decirte que dejes salir a su pueblo, para que le rindan culto en el desierto. Pero hasta ahora no has escuchado. (Exodo 7, 16)
Así que caminaremos tres días por el desierto y, allí, ofreceremos el sacrificio a nuestro Dios, de la manera que él nos ordene.» (Exodo 8, 23)
Faraón respondió: «Yo los dejaré ir a ofrecer sacrificios a su Dios en el desierto con la condición de que no vayan muy lejos. Pero ustedes rueguen por mí.» (Exodo 8, 24)
Moisés le dijo: «En cuanto salga, rogaré a Yavé por ti y, mañana, los tábanos se alejarán de ti, de tus servidores y de tu pueblo, pero no nos vayas a engañar después y te niegues a que salgamos al desierto.» (Exodo 8, 25)