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  • el toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, el toldo de cueros finos y el velo protector; (Exodo 39, 34)

  • Por fin alzó el atrio que rodeaba la Morada y el altar, y colgó el tapiz a la entrada del atrio. Así acabó Moisés los trabajos. (Exodo 40, 33)

  • Pondrán sobre ella una cubierta de cuero fino y extenderán encima un paño todo de púrpura; luego le pondrán los varales. (Números 4, 6)

  • Extenderán sobre ella un paño carmesí que cubrirán con una cubierta de cuero fino, y después le pondrán los varales. (Números 4, 8)

  • Lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta de cuero fino y lo colocarán sobre las angarillas. (Números 4, 10)

  • Sobre el altar de oro extenderán un paño de púrpura, lo cubrirán con una cubierta de cuero fino, y le pondrán los varales. (Números 4, 11)

  • Tomarán todos los vasos que se emplean en el servicio del santuario, los pondrán en un paño de púrpura, los cubrirán con una cubierta de cuero fino y los colocarán sobre las angarillas. (Números 4, 12)

  • pondrán encima todos los utensilios que se emplean en el servicio del altar: los braseros, tenedores, badiles, acetres: todos los utensilios del altar; extenderán sobre él una cubierta de cuero fino y le pondrán los varales. (Números 4, 14)

  • Llevarán los tapices de la Morada, la Tienda del Encuentro, su toldo y el toldo de cueros finos que la cubre por encima y el tapiz de entrada a la Tienda del Encuentro; (Números 4, 25)

  • Oyó Balaq que llegaba Balaam y salió a su encuentro hacia Ar Moab, en la frontera del Arnón, en los confines del territorio. (Números 22, 36)

  • y comunicarle parte de tu dignidad, con el fin de que le obedezca toda la comunidad de los israelitas. (Números 27, 20)

  • Pero Sijón, rey de Jesbón, no quiso dejarnos pasar por allí porque Yahveh tu Dios le había empedernido el espíritu y endurecido el corazón, a fin de entregarle en tus manos, como lo está todavía hoy. (Deuteronomio 2, 30)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina