Znaleziono 129 Wyniki dla: isaac
los altos lugares sagrados de Isaac serán demolidos; los santuarios de Israel, destruidos, y yo me lanzaré, espada en mano, contra la familia de Jeroboam.» (Amós 7, 9)
Pues bien, escucha, tú que dices: ¡Basta de profecías contra Israel; deja de insultar a la raza de Isaac! (Amós 7, 16)
Abrahán fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus hermanos. (Evangelio según San Mateo 1, 2)
Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, (Evangelio según San Mateo 8, 11)
Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Él no es un Dios de muertos, sino de vivos.» (Evangelio según San Mateo 22, 32)
Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el capítulo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? (Evangelio según San Marcos 12, 26)
hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Tara, hijo de Najor, (Evangelio según San Lucas 3, 34)
Habrá llanto y rechinar de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes, en cambio, sean echados fuera. (Evangelio según San Lucas 13, 28)
En cuanto a saber si los muertos resucitan, el mismo Moisés lo dio a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. (Evangelio según San Lucas 20, 37)
Pero no; es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, el que acaba de glorificar a su siervo Jesús. Ustedes lo entregaron y, cuando Pilato decidió dejarlo en libertad, renegaron de él. (Hecho de los Apóstoles 3, 13)
Luego hizo con él el pacto de la circuncisión. Y así, al nacer su hijo Isaac, Abrahán lo circuncidó al octavo día. Lo mismo hizo Isaac con Jacob, y Jacob con los doce patriarcas. (Hecho de los Apóstoles 7, 8)
«Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.» Moisés sintió tanto miedo que no se atrevía ni a mirar. (Hecho de los Apóstoles 7, 32)