Znaleziono 54 Wyniki dla: escudo

  • de la tribu de Neftalí, 1.000 jefes con 37.000 hombres armados de escudo y lanza; (I Crónicas 12, 35)

  • El rey Salomón hizo 200 escudos de oro batido, empleando unos siete kilos de oro por escudo, (II Crónicas 9, 15)

  • Asá disponía de un ejército de 300.000 hombres armados de escudo y lanza en Judá, y 280.000 armados de escudo y arco en Benjamín, todos hombres valerosos. (II Crónicas 14, 7)

  • Por Benjamín: el valeroso Eliadá, con 200.000 hombres armados con escudo y arco; (II Crónicas 17, 17)

  • Amasías reunió a los de Judá y los distribuyó en familias patriarcales bajo jefes de millar y centuria, por todo Judá y Benjamín. Registró a todos los mayores de veinte años, y sumaban trescientos mil hombres escogidos, aptos para la guerra y diestros en la lanza y el escudo. (II Crónicas 25, 5)

  • embestía contra él, erguida la cabeza, protegido detrás de un escudo macizo. (Job 15, 26)

  • Mas tú, Señor, eres mi escudo, tú eres mi gloria, tú alzas mi cabeza. (Salmos 3, 4)

  • Pues tú, Señor, bendices al que es justo, como un escudo lo protege tu favor. (Salmos 5, 13)

  • Es Dios el escudo que me cubre, el que salva los corazones rectos. (Salmos 7, 11)

  • Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, mi roca, mi fortaleza, mi libertador, mi Dios, mi roca donde yo me refugio, mi escudo protector, mi salvación, mi asilo. (Salmos 18, 3)

  • Oh Dios, su camino es perfecto, la palabra del Señor se cumple siempre, él es el escudo de los que se refugian en él. (Salmos 18, 31)

  • Tú me das el escudo victorioso, tu diestra me sostiene, tus cuidados me hacen prosperar. (Salmos 18, 36)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina