Znaleziono 119 Wyniki dla: promesa divina
La tinaja de harina no se vació, ni disminuyó la orza del aceite, según la promesa que el Señor había hecho por medio de Elías. (I Reyes 17, 16)
Sin embargo, el Señor no quiso exterminar a Judá, en atención a David, su siervo, conforme a la promesa que le había hecho de conservarle para siempre una lámpara para sus hijos. (II Reyes 8, 19)
Y aun esto es todavía poco para ti, que extiendes tu promesa a la casa de tu siervo para un futuro lejano y me consideras como alguien importante, oh Señor Dios. (I Crónicas 17, 17)
y ahora, Señor, mantén firme para siempre la promesa que has hecho a tu siervo y a su casa y haz como has dicho. (I Crónicas 17, 23)
Sí, Señor, tú eres Dios y has hecho a tu siervo esta gran promesa; (I Crónicas 17, 26)
Ahora se cumple, Señor Dios, la promesa hecha a mi padre David, ya que tú me has constituido rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. (II Crónicas 1, 9)
Tú has cumplido la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre; tus manos han realizado lo que tus labios habían prometido. (II Crónicas 6, 15)
Así pues, Dios de Israel, que se cumpla la promesa que hiciste a tu siervo David. (II Crónicas 6, 17)
Sin embargo, el Señor no quiso exterminar la casa de David, por el pacto que había hecho con él y por la promesa que le había hecho de conservarle para siempre una lámpara a él y a sus hijos. (II Crónicas 21, 7)
Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a imágenes de Aserá y a otros ídolos. Esto provocó la cólera divina, que cayó sobre Judá y Jerusalén. (II Crónicas 24, 18)
Luego me levanté de noche, con unos cuantos hombres, sin manifestar a nadie lo que por inspiración divina iba a hacer por Jerusalén, llevando sólo el caballo que yo montaba. (Nehemías 2, 12)
Luego sacudí mi manto y dije: "Así sacuda Dios la casa y la hacienda de aquel que no mantenga esta promesa; así sea sacudido y se quede sin nada". Toda la asamblea respondió: "¡Así sea!"; y alabó al Señor. Y el pueblo cumplió lo que había prometido. (Nehemías 5, 13)