Encontrados 519 resultados para: Lea

  • Nadab y Abihú murieron delante de Yavé cuando ofrecieron a Yavé un fuego profano, en el desierto del Sinaí, y como no tenían hijos, Eleazar e Itamar fueron los que ejercieron el sacerdocio junto con su padre Aarón. (Números 3, 4)

  • El jefe de los levitas era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón. Ejercía la supervisión de todos los que guardaban el Santuario. (Números 3, 32)

  • Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará al cuidado del aceite del alumbrado, del incienso aromático, de los panes de ofrenda perpetua y del óleo de unción; cuidará de toda la Morada y de cuanto hay en ella, sean cosas sagradas o sus utensilios.» (Números 4, 16)

  • Ustedes emplearon cuarenta días en recorrer el país; pues bien, cada día equivaldrá a un año. Cargarán con el peso de su pecado durante cuarenta años y sabrán lo que es mi cólera. (Números 14, 34)

  • "Comunícale esto al sacerdote Eleazar, hijo de Aarón: Saca los incensarios de entre las cenizas y arroja lejos el fuego que había en ellos, porque están consagrados. (Números 17, 2)

  • El sacerdote Eleazar tomó entonces los incensaios de cobre que pertenecieron a los que habían sido quemados e hizo con ellos placas para revestir el altar. (Números 17, 4)

  • Se la pasarán al sacerdote Eleazar, quien la sacará fuera del campamento y la inmolará frente a este. (Números 19, 3)

  • El sacerdote Eleazar untará su dedo en la sangre y rociará siete veces volviéndose hacia la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 19, 4)

  • Llévate contigo a Aarón y a su hijo Eleazar, y sube al monte Hor. (Números 20, 25)

  • Allí le quitarás a Aarón sus vestiduras y se las pondrás a su hijo Eleazar, puesto que Aarón irá a reunirse con sus padres, allí morirá". (Números 20, 26)

  • Moisés le quitó sus vestiduras a Aarón y se las puso a Eleazar. Luego murió Aarón en la cumbre del monte y Moisés bajó del monte con Eleazar. (Números 20, 28)

  • Al ver eso, Finjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, tomó una lanza, (Números 25, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina