Encontrados 1014 resultados para: ciudad santa

  • Así, pues, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios. (Carta a los Efesios 2, 19)

  • Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa, (Carta a los Efesios 5, 26)

  • pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada. (Carta a los Efesios 5, 27)

  • El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad, (2º Carta a Timoteo 1, 9)

  • Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida gloriosa. (2º Carta a Timoteo 4, 8)

  • Pues esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. (Carta a los Hebreos 11, 10)

  • Pero no, aspiraban a una patria mejor, es decir, a la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de ellos ni de llamarse su Dios, pues él les preparó la ciudad. (Carta a los Hebreos 11, 16)

  • Ustedes, en cambio, se han acercado al cerro de Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial con sus innumerables ángeles, (Carta a los Hebreos 12, 22)

  • Por eso mismo también Jesús salió de la ciudad santa para sufrir su pasión y purificar al pueblo con su propia sangre. (Carta a los Hebreos 13, 12)

  • Ahora les toca el turno a los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año; haremos buenos negocios y obtendremos ganancias.» (Carta de Santiago 4, 13)

  • También ustedes, como piedras vivas, edifíquense y pasen a ser un Templo espiritual, una comunidad santa de sacerdotes que ofrecen sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Cristo Jesús. (1º Carta de Pedro 2, 5)

  • El cargó con nuestros pecados en el madero de la cruz, para que, muertos a nuestros pecados, empezáramos una vida santa. Y por su suplicio han sido sanados. (1º Carta de Pedro 2, 24)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina