Encontrados 525 resultados para: respeto a los padres

  • Entonces saldrá de tu casa con sus hijos y volverá a su familia recobrando la propiedad de sus padres. (Levítico 25, 41)

  • Los que de ustedes sobrevivan se pudrirán en país enemigo por causa de su maldad y por las maldades de sus padres unidas que se les pegaron. (Levítico 26, 39)

  • Entonces confesarán su maldad y la de sus padres; reconocerán que me han traicionado y se han enfrentado conmigo, (Levítico 26, 40)

  • Me acordaré en su favor de la alianza hecha con sus padres a quienes saqué de la tierra de Egipto ante los ojos de las naciones, para ser su Dios: ¡yo soy Yavé!» (Levítico 26, 45)

  • ¿Soy yo acaso quien lo dio a luz para que me digas: Llévalo en tu seno, como la nodriza lleva a su bebé, al país que prometiste bajo juramento a nuestros padres? (Números 11, 12)

  • Yavé es paciente y rico en misericordia. Soportas la falta y el pecado, pero no dejas pasar la falta, porque el pecado de los padres lo castigas en los hijos, en los nietos y en los bisnietos. (Números 14, 18)

  • Por eso no verán la tierra que prometí a sus padres con juramento; ninguno de los que me menospreciaron la verá. (Números 14, 23)

  • Nuestros padres bajaron a Egipto y allí permanecieron por mucho tiempo, pero los egipcios nos maltrataron a nosotros y a nuestros padres. (Números 20, 15)

  • "Aarón tiene que ir a reunirse con sus padres, no entrará en el país que les daré a los israelitas, porque ustedes no siguieron mis órdenes en el oasis de Meriba. (Números 20, 24)

  • Allí le quitarás a Aarón sus vestiduras y se las pondrás a su hijo Eleazar, puesto que Aarón irá a reunirse con sus padres, allí morirá". (Números 20, 26)

  • Así hicieron sus padres cuando los mandé de Cadés-Barné a explorar la tierra. (Números 32, 8)

  • ¡Raza de pecadores! Ustedes ahora imitan a nuestros padres y quieren que el furor de la ira de Yavé se encienda contra Israel. (Números 32, 14)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina