Encontrados 544 resultados para: tercera parte
La gente estaba allí mirando; los jefes, por su parte, se burlaban diciendo: «Si salvó a otros, que se salve a sí mismo, ya que es el Mesías de Dios, el Elegido.» (Evangelio según San Lucas 23, 35)
Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. (Evangelio según San Lucas 24, 35)
«Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él.» (Evangelio según San Juan 3, 2)
Jesús, por su parte, se fue al monte de los Olivos. (Evangelio según San Juan 8, 1)
Jesús, por su parte, sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que había salido de Dios y que a Dios volvía. (Evangelio según San Juan 13, 3)
Pedro replicó: «Jamás me lavarás los pies.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo.» (Evangelio según San Juan 13, 8)
Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos. (Evangelio según San Juan 21, 14)
Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.» (Evangelio según San Juan 21, 17)
de Frigia, Panfilia, Egipto y de la parte de Libia que limita con Cirene. Hay forasteros que vienen de Roma, unos judíos y otros extranjeros, que aceptaron sus creencias, (Hecho de los Apóstoles 2, 10)
pero se guardó una parte del dinero, siempre de acuerdo con su esposa; la otra parte la llevó y la entregó a los apóstoles. (Hecho de los Apóstoles 5, 2)
Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? (Hecho de los Apóstoles 5, 3)
Saulo, por su parte, trataba de destruir a la Iglesia. Entraba casa por casa, hacía salir a hombres y mujeres y los metía en la cárcel. (Hecho de los Apóstoles 8, 3)